Vistas de página en total

jueves, 27 de febrero de 2014

Alfred Nobel. Fundador de los premios Nobel


Alfred Nobel. Fundador de los premios NobelAlfred Nobel, destacado químico  e inventor, nació en Suecia en 1833. Aprendió de su padre, desde muy joven,  los fundamentos básicos de la ingeniería, para luego radicarse con su familia en San Petersburgo, Rusia, donde continuaría sus estudios. Años más tarde se trasladó a París y luego a Estado Unidos donde perfeccionó sus conocimientos de ingeniería.
A su regreso a Suecia, se dedicó a varias actividades industriales, especialmente las relacionadas con explosivos y la destilación del petróleo. Acumuló una gran fortuna, producto de su arduo trabajo en diferentes áreas de la industria, hasta que falleció en Italia en 1896.
Firmó su testamento un año antes de morir en el exclusivo Club Sueco-Noruego de París. Su fortuna de calculaba en aproximadamente 33.000.000 de coronas (cifra inmensa para la época) de las cuales dejó “solo”  100.000  para su familia y el resto para premiar a los mejores exponentes de la literatura, física, química, medicina y la paz. Ese es el nacimiento de los famosísimos Premios Nobel.
“La justicia de Dios es la más ridícula de todas las fábulas”, se  constituyó en una de sus frases más célebres la cual, además de hacer parte de su anecdotario, le inspiró su espíritu filántropo que lo llevaría años más tarde a crear los premios que llevan su nombre.
Nunca antes durante la historia de la humanidad, alguien hizo un “pare” dentro de una ajetreada vida para detenerse a pensar en premiar a las futuras generaciones con una inmensa fortuna acumulada a través de décadas de duro, arduo y difícil trabajo.
Premiar a grandes gestores de diferentes disciplinas, no sólo con medallas y estruendosos e insoportables discursos, sino con el dinero que perfectamente le podría haber llegado  a su numerosa familiaes algo que, a través de la historia, solamente se le ocurrió a este filántropo. De ahí su extraordinario prestigio histórico y su merecida fama.

Frases Célebres de Alfred Nobel

«La justicia de Dios es la más ridícula de todas las fábulas»
«La satisfacción es la única riqueza verdadera»
«El hogar es donde trabajo y trabajo en todas partes»
«Si tengo mil ideas y solo una termina por funcionar, me siento satisfecho»
«Un solitario sin libros y sin  tinta ya está en la vida de un hombre muerto»
«La mejor excusa para los caídos es que la Señora Justicia es una de ellos»
«La esperanza es el velo de la naturaleza para ocultar la desnudez de la verdad»
«El respeto de uno mismo, sin el respeto de los demás es como una joya que no pasará a la luz del día»
«La preocupación es el peor veneno del estómago»
«La justicia se encuentra sólo en la imaginación»
«El hombre verdadero es generalmente un mentiroso»
«Construimos sobre la arena, y cuanto más viejos nos hacemos, más inestable se convierte esta base»
«El corazón ya no puede ser obligado a amar en cambio un estómago puede ser obligado a digerir los alimentos mediante la persuasión»

No hay comentarios:

Publicar un comentario